Aprende con Teresa Martínez su método para trasladar el texto a imágenes de la forma más eficaz e inteligente
Ilustrar libros infantiles puede ser un trabajo muy hermoso, y requiere de una gran técnica a la hora de escoger el estilo y elementos que utilizaremos. Al fin y al cabo, la idea es sintetizar toda una historia en una serie de imágenes que capturen la imaginación de los lectores, pequeños y no tan pequeños.
Para ayudarte a trasladar las palabras a imagen, la ilustradora Teresa Martínez comparte con nosotros su proceso de trabajo habitual, en el que detalla la importancia de los bocetos y las tres formas en las que la ilustración se relaciona con el texto.
Aprende con Teresa Martínez su método para trasladar el texto a imágenes de la forma más eficaz e inteligente
Ilustrar libros infantiles puede ser un trabajo muy hermoso, y requiere de una gran técnica a la hora de escoger el estilo y elementos que utilizaremos. Al fin y al cabo, la idea es sintetizar toda una historia en una serie de imágenes que capturen la imaginación de los lectores, pequeños y no tan pequeños.
Para ayudarte a trasladar las palabras a imagen, la ilustradora Teresa Martínez comparte con nosotros su proceso de trabajo habitual, en el que detalla la importancia de los bocetos y las tres formas en las que la ilustración se relaciona con el texto.
Toma apuntes sobre el texto
¿Qué es lo primero que hace Teresa inmediatamente después de recibir el texto por parte del editor? Imprimirlo y empezar a leer la novela, de qué trata, y tomar apuntes. La autora recomienda que, mientras leemos, vayamos subrayando todos esos detalles importantes de la historia que se tienen que ver reflejados en la ilustración.
Recurre a los bocetos sencillos
Lo segundo que hace Teresa es dedicarse a crear todo tipo de bocetos y garabatos, muchas veces bastante abstractos, pero que a ella ya le dicen completamente lo que va a terminar ilustrando.
Para ello, la ilustradora utiliza pequeñas tarjetas de ejemplo en las que va bocetando las ideas que le sugiere el texto, y luego las ordena unas al lado de otras para ver cómo se va desarrollando la historia a nivel gráfico. Aunque ella prefiere hacerlo con tarjetitas, anima a que cada uno se organice como más le guste, utilizando otros recursos si es necesario.
Tres formas de ilustrar un texto
Tomando como ejemplo el clásico de Andersen La Sirenita, Teresa Martínez nos detalla también las tres formas en las que la ilustración puede relacionarse con el texto.
Complementando
En el primer ejemplo, el príncipe abre la puerta de su habitación para encontrarse a la Sirenita en el suelo. Como el texto solo nos dice que abre la puerta, pero no nos explica qué es lo que se encuentra, es la ilustración la que suple esa función, enseñándonos lo que encuentra el príncipe a través de la imagen.
A esta forma de ilustrar se le llama complementar, es decir, si solamente leemos el texto sin ver la imagen no sabemos a qué se refiere, no sabemos qué es lo que hay afuera de la puerta. Es la imagen la que completa el mensaje.
Enriqueciendo
En el segundo ejemplo, el príncipe se encuentra a la Sirenita durmiendo, como nos dicen tanto el texto como la imagen. En este caso ya no se trata de que la imagen «acabe la frase», como en el ejemplo anterior, sino de que enriquezca el texto, añadiendo detalles visuales a una información que ya nos llega completa a través del texto, pero que la ilustración hace más rica.
Contradiciendo